Una mirada a la invisibilización de la comunidad LGBT
En medio de un sistema en el que tantas cosas pasan desapercibidas se encuentran historias borradas de manera consciente por gobierno y sociedad. Se trata de historias de sufrimiento y persecución despiadada que tiene como última y dolorosa consecuencia el asesinato o suicidio de personas LGBT.
Ginna Morelo escudriñó este tema sorteando las dificultades que implica un trabajo de este tipo en el que la data no está a disposición de todos y en el que se intenta desaparecer todo rastro.
Según el trabajo de investigación en reseña, el director del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia, Carlos Valdés, resaltó que hace diez años en Colombia no se analizaban tan fielmente los crímenes contra la población LGBT, pues eran considerados homicidios simples o agravados, de acuerdo con las circunstancias. “No hacíamos un registro juicioso. Y no hacíamos diferenciación por género”, reconoce Valdés, pero “el Instituto ha entrado en una modalidad de estudio diferencial y hemos detectado asuntos muy dolorosos”.
Pese a la desinformación que predomina en América Latina, existen intentos impetuosos por dar a conocer cifras de hechos criminales en contra de personas con diversidad de género. Las sociedades civiles han encontrado la forma de “salir al paso” con datos confiables.
De acuerdo con datos explícitos en el texto investigativo “A nadie le importó” cada 19 horas una persona LGBT es asesinado o se suicida víctima de LGBTfobia, lo que hace de Brasil el país número uno en el mundo en ese tipo de crimen. Los datos son de la ONG Grupo Gay de Bahía, que informó que en el año 2017 allí se registraron 445 casos. La situación es dramática en este país, pero en el resto de América Latina también.
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