Conoce la investigación "Agua que teje comunidad"
Los indígenas maya que habitan la zona de Totonicapán en Guatemala no sólo han preservado por siglos el agua, las cuencas de los ríos y los bosques que la protegen, sino que también han instituido una forma de organización social que resume en parte sus saberes ancestrales aplicados a la construcción de sociedad y la relación del hombre con la naturaleza. Edilma Prada, asociada de Consejo de Redacción, en su medio independiente, Agenda Propia, hace un reportaje sobre la esencia del cuidado del agua en Totonicapán.
"La sabiduría ancestral de los indígenas maya usada en la protección del agua, ha generado una ejemplar forma de organizarse de esta comunidad al suroccidente de Guatemala. Hoy luchan porque se mantenga este conocimiento y no se impongan leyes que nada tienen que ver con sus prácticas tradicionales.
Edilma Prada viajó a Guatemala, al bosque comunal de 21.000 hectáreas que protegen los maya de la etnia K’iche’ para narrar cómo desde hace más de ocho siglos, los mayas se han aglutinado en una estructura comunitaria en la que el agua tiene un papel protagónico, y que ahora se ve afectada por las leyes que el país quiere implementar en torno al agua:
“Es una ley que viene de la cúpula empresarial a su favor. Acá en Totonicapán, estamos de acuerdo en que se regule el uso del agua, estamos de acuerdo siempre y cuando se plasme o se integren artículos presentados por 48 cantones en el que se respeten nuestras tradiciones y formas de preservación, como el trabajo comunitario", dice Eddy Alexander Caniz García, presidente de la Junta Directiva de Recursos Naturales. (Fragmento de la investigación)
Prada indaga también por el papel de la mujer en la comunidad, marcada por creencias ancestrales que dicen que las mujeres no pueden acercarse a los nacimientos de agua porque pueden hacer que se sequen; y la manera en que estos indígenas han logrado aprender técnicas para administrar las aguas, conservar el medio ambiente, y preservar la ecología.
Edilma Prada, directora de Agenda Propia, y asociada de Consejo de Redacción habla sobre esta investigación:
¿Cuál era la idea de este reportaje?
En la historia lo que queríamos mostrar es como alrededor de la cosmovisión de los indígenas mayas de Guatemala se protege un bosque comunal de Totonicapán, un departamento de Guatemala, para ello inicialmente fue importante estudiar un poco la cultura Maya, sus tradiciones, y su estructura organizativa. Posteriormente se coordinó una visita y se hizo a través de una organización/ONG que se llama EcoLogic, apoya a los indígenas de Totonicapán y conoce muy bien el proceso interno comunitario, en este caso de los 48 Cantones.
Una vez estuve en Tonicapán, lo que se hizo y se planteó con los indígenas fue una entrevista colectiva, en la que participaron los 10 miembros indígenas hombres de la junta de recursos naturales, se hizo un diálogo colectivo a raíz de sus cosmovisiones, sobre el bosque comunal y cómo ellos protegen los recursos naturales para suplir el servicio de agua potable, que se requiere en esta zona en Guatemala. Primero fue necesario conocer la organización indígena, la estructura organizativa, cómo está dividido este grupo de indígenas, y segundo, cómo se organizaba la comunidad para el cuidado del agua.
¿Cuáles fueron los retos de este reportaje?
Uno de los retos para mí, como periodista extranjera en Guatemala, era conocer y tener un contexto cultural de las comunidades indígenas del lugar y buscar un equilibro en cuanto al tema de enfoque género, porque me encuentro con un grupo de hombres que tienen a su cargo la función de proteger el agua, entonces pienso en también conocer el rol de las mujeres en este proceso, pues en una lectura de revisión documental inicial leo que las mujeres en la cultura maya no pueden acercase a los nacimiento de agua porque se pueden secar. Era muy importante encontrar la voz de una joven indígena, una que conociera muy bien el proceso de protección del agua. En este reportaje está la voz de una chica que cree que el agua es un espíritu que corre por la tierra; y si bien ella no está de acuerdo con la cosmovisión maya sobre la mujer, sí la respeta porque viene de un proceso de ancestralidad, de sus abuelos.
Finalmente quise también, en este reportaje, hablar de las normas que teje la comunidad para la protección del agua. Son modelos comunitarios distintos, modelos para el mundo entero en la protección de este recurso que hoy está escaso.
¿En el proceso de reportería tuvo algún inconveniente en la entrada por ser mujer?
Yo no tuve problema para entrar en la comunidad por ser mujer, ni ser extranjera, ni colombiana. Mi visita fue muy bien recibida por los indígenas. La coordinación fue realizada antes de llegar, desde Colombia, por medio de skype, con la organización EcoLogic, que me dio un orientación sobre cómo funciona la estructura de la comunidad indígena.
Para los periodistas que cubran estos temas se deben seguir protocolos de presentación y contexto de la comunidad, esto me tomó tres o cuatro semanas antes de entrar a la comunidad, allí, luego de que saben quién eres y qué vas a hacer, ellos no tienen problema en entregar la información. El proceso fue bonito porque la visita se coordino y ellos estuvieron pendientes de explicarme cómo funcionaba el tema del agua, se tomaron el tiempo de contextualizarme en la cultura de los mayas.
¿Este fue un proceso colaborativo con CONNECTAS?
Todo el proceso preliminar, de análisis de contexto, se hizo con el apoyo de CONNECTAS, la organización con la que se coordina, desde Colombia, la realización del reportaje y la edición de la historia. Fue una historia que se realizó, produjo, editó y publicó de manera conjunta. Se difundió también en medios de Centro América, porque la idea era también publicarlo en las zonas en las que se produjo el reportaje.
Visita la investigación aquí.
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