Periodismo

Ciudadela Bolonia, la realidad de la reintegración social en Bogotá

Ciudadela Bolonia: un experimento de reintegración en Bogotá azotado por la violencia, esta investigación, realizada en el marco de la iniciativa CdR/Lab Justicia Transicional, es un trabajo de inmersión en la localidad de Usme, que está azotada por la realidad del posconflicto, las desigualdades y la carencia de garantías del buen vivir.

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Ciudadela Bolonia, la realidad de la reintegración social en Bogotá
Abril 06 de 2018

“No los capacitaron para trabajar, simplemente ellos iban mensualmente a una visita con un psicólogo, tenían que estudiar en un colegio o en una fundación y eso les generaba una entrada económica. Tenían una cantidad de tiempo en el que no eran productivos y no tenían nada qué hacer, entonces empezaron a configurar esas mismas dinámicas del territorio de conflicto en Bolonia”, afirma un funcionario que trabaja en la zona y que pidió la reserva de su nombre.

Ciudadela Bolonia, un territorio construido para la reinserción social, cuenta con la construcción de apartamentos que fueron entregados a personas desmovilizadas, aquellos que dejaron su vida del conflicto armado a un lado, este territorio ubicado en la punta de la localidad de Usme, es el lugar temido por habitantes, vecinos y hasta policías de la localidad, este territorio amplio en desigualdades sociales carece de centros de salud, escuelas y desarrollo social para la construcción de paz.

Lo controversial, no es sólo la carencia de bienestar existente en este territorio que fue construido en pro de la reintegración social, esta ciudadela fue diseñada para aquellas personas que se acogieron a la Ley de Justicia y Paz, que se desmovilizaron y dejaron de lado la vida en el conflicto armado, para que pudieran acogerse a una vida civil; sin embargo lo que se ve es una permanente desigualdad, en donde la vida del campesino rural choca con las costumbres de la urbe.

 

 

Tomás Mantilla, realizó el trabajo de campo en esta ciudadela, donde a pesar de contar con 3.600 apartamentos, los desplazados que llegan a este lugar, viven con varios de los 260 desmovilizados de las antiguas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Farc; las Autodefensas Unidas de Colombia, AUC; y del Ejército de Liberación Nacional, ELN que han llegado en los últimos años a Usme como parte del programa de reinserción que implementa la Agencia Nacional de Reincorporación, ARN, según las cifras de Catalina Arciniegas, coordinadora en Bogotá de dicha institución. “ - apartado de la investigación.

“La convivencia entre víctimas y excombatientes que pasaron por el proceso de Justicia y Paz hace de Ciudadela Bolonia un laboratorio en tiempo real de cómo es la reinserción.”

Aunque se creería que este espacio fue adaptado en la capital colombiana para hacer un espacio de integración social para la construcción de una paz “estable y duradera”,  es todo lo contrario, en este trabajo periodístico se muestra como varios habitantes, líderes sociales y funcionarios que laboran en la zona, viven en carne propia las consecuencias del crimen, los expendios de droga, la violencia, las frecuentes amenazas y asesinatos.

Este territorio alejado de la construcción de paz muestra las consecuencias de la falta de seguimiento estatal, un lugar que carece de intervención institucional es la muestra de un conflicto armado que no ha terminado y que está creciendo rápidamente en la cima del cerro Juan Rey.

 

 

“El lema con el que se promovió la construcción de la urbanización Rincones Bolonia, ‘Le da un nuevo nivel a tu vida’, parece que nunca se cumplió.”

El uso de fogones de leña a causa de no saber utilizar la estufa y los centros de acopio de reciclaje dentro de los apartamentos, es la evidencia del desconocimiento contextual que se ha tenido con la comunidad rural que se pretende viva en excelentes condiciones en la urbe, cuenta Mantilla. Ciudadela Bolonia, es el lugar en el que los habitantes evitan hablar de los temas que los afectan, llamar a la policía o denunciar por miedo a que las amenazas toquen a su puerta.

“Con el tiempo, este conjunto residencial se ha convertido en un reflejo de lo que vive el país. En los lugares donde hay vacíos de poder la recomposición de los grupos armados, el microtráfico y la ardua reconciliación entre víctimas, exparamilitares y exguerrilleros, son pan de cada día.”

Tuvimos la oportunidad de hablar con Tomás Mantilla sobre su trabajo periodístico y su experiencia desarrollando la investigación.

¿Cuál fue el principal interés investigativo y periodístico en contar esta cara del posconflicto en Colombia?

El interés de desarrollar la investigación surge de un trabajo desarrollado con líderes sociales que han sido amenazados en Usme, esta iniciativa de investigación, nace del interés de contar las historias de estas personas, me permite evidenciar que en Ciudadela Bolonia pasaban muchas más cosas que las amenazas a líderes; paralelo a esto, me inscribo en el curso de Justicia Transicional dirigido por CdR/Lab, así que logré desarrollar la historia con el componente teórico obtenido del curso.

¿Cómo logras articular el taller de CdR/Lab Justicia Transicional  con la investigación?

Las herramientas que me brindó el taller, me permitieron conocer el trasfondo legal y judicial que tienen los temas de posconflicto en Colombia, además saber qué instancias estatales y judiciales se encargan de llevar a cabo estos procesos.

¿Qué retos tuviste que enfrentar para realizar el trabajo de campo en Ciudadela Bolonia?

Fue difícil poder hablar con personas que eran participantes de grupos al margen de la ley y aunque al principio no quisieron acceder a esto, con el pasar del tiempo fueron ellos quienes contaron que participaron en estos grupos armados e historias personales que quizás no se sabían en la comunidad.

¿Cómo llevaste a cabo el rol periodístico para que las personas dieran su testimonio?

Como se evidencia en la investigación publicada, el trabajo con la comunidad fue extenso, de varios meses, puesto que la gente al principio no fue tan abierta, pero el papel periodístico fue posible llevarlo a cabo gracias a la persistencia y la frecuencia con la que estuve en el territorio. Aunque por seguridad, o quizás por miedo, no quisieron revelar su identidad, el trabajo fue mostrarles que el lado humano del periodista es el que permite dar a conocer sus historias.

¿Qué recomendación puedes dar a periodistas que investigan temas sobre posconflicto y justicia transicional en Colombia?

Pasar mucho tiempo en terreno y respetar el trabajo de campo, es ahí donde están las historias, considero que es en ese trabajo donde se puede realmente contar la realidad de las personas y aunque toda historia tiene un trasfondo legal, la única forma de conocerlo es en terreno.

Hay que investigar mucho, hay que intentar abordar a la comunidad de forma humana. intentando hacerles entender el por qué la importancia de su historia, que sus testimonios son valiosos a pesar de que pareciera que las cosas no cambian.

  • Conoce la investigación completa aquí.
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