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¿Cómo se mapea la memoria en Guatemala?

Durante el conflicto armado interno en Guatemala hubo violación de Derechos Humanos, desapariciones forzadas e innumerables asesinatos de personas inocentes. Para el estado guatemalteco estos hechos críticos no cuentan con mayor relevancia, pues muchos de ellos se ejecutaron por la represión del mismo. Sin embargo, existen proyectos como el “Mapeo de la Memoria” para que este tipo de hechos sean relatados e identificados y cuenten con una voz que divulgue la barbarie contenida en cada una de sus historias.

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¿Cómo se mapea la memoria en Guatemala?
Noviembre 28 de 2018

El Mapeo de la Memoria es una iniciativa del Memorial para la Concordia apoyada por la organización de cooperación alemana DW Akademie. Este proyecto se mueve a través de un micrositio en el que se ha creado un mapa interactivo con textos narrativos, fotografías e indicaciones de espacio y tiempo que evocan recordación hacia líderes sociales, niños, mujeres, comunidades indígenas y movimientos sociales víctimas del conflicto interno.

Mientras los espectadores visualizan todo el territorio guatemalteco, van apareciendo aquellos lugares donde sucedieron hechos críticos en marco de este tipo de violencia. Los sitios cuentan con diferentes objetos para reconstruir memorias: Placas, monumentos, murales, cruces, cualquier elemento alusivo de algún suceso ocurrido en el conflicto armado (1960-1996). Las historias que allí se relatan, son contadas de forma cronológica sin ningún tipo de restricción de quienes fueran los responsables; es decir, que tanto víctimas como victimarios son incluidos en el Mapeo de la Memoria.

Esta iniciativa no es una plataforma fija, se encuentra en constante movimiento y actualización. Son muchos los voluntarios que están trabajando en la localización y documentación de estos lugares. Algunos de ellos son muy conocidos, otros son pequeñas iniciativas personales, pero todos tienen cabida en este lugar del recuerdo.

Una de las historias que se exponen en el Mapeo de la Memoria es la desaparición del escritor y profesor José Luis de León Díaz, conocido en el mundo de la literatura como Luis de Lión, los autores de su desaparición fueron miembros de inteligencia militar del Ejército de Guatemala el 15 de mayo de 1984. Además, se explica las razones por las cuales fue raptado sin dejar rastro, se narra lo que hizo en vida y el legado que dejó tras su partida.

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Imagen de Mapeo de la Memoria - Joven visitando la placa en conmemoración de Luis de Lión, 2da. Avenida y 11 Calle de la zona 1 de la Ciudad de Guatemala.

En la actualidad, en San Juan del Obispo funciona con fondos propios la Casa Museo Luis de Lión, además de una marimba ejecutada por niños y una biblioteca que fundó el escritor en 1962. Estos sitios de memoria parecen ser un acto de rebeldía en un país que se niega a ver su pasado, y un ejemplo para las autoridades actuales que con hechos parecen estar diciendo que Luis de Lión todavía es enemigo de Estado.

Sobrevivientes, familiares, periodistas y comunidades de toda Guatemala, son los encargados de que estos sitios de memoria existan; además de haber unido fuerzas para elaborar estas historias, que, si bien hablan de lo ocurrido, también ayudan a no olvidar y hacer resistencia ante las injusticias.

En la actualidad la represión y corrupción por parte del gobierno ha ocasionado fuertes transformaciones desde que dio inicio el conflicto interno de este país “Nos preocupa que la frecuencia y severidad de estos ataques puedan tener repercusiones en toda la población, enviando un mensaje de que existen consecuencias peligrosas si se defienden los derechos humanos, especialmente dado que estos crímenes a menudo quedan impunes” (Comunicado de prensa de la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, 7 de agosto de 2018). Sin embargo, este espacio digital, es un medio que contrarresta la represión para divulgar la verdad de los crímenes ocurridos y que siguen sucediendo en Guatemala.

 

Hablamos con miembros de la iniciativa, quienes compartieron cómo fue el proceso para desarrollar este proyecto y algunas de sus proyecciones a futuro

¿Cómo nace el proyecto?

En 2013 el director del Memorial Para la Concordia, Julio Solórzano Foppa, viajó a Alemania y conoció el museo del holocausto en Berlín, en donde vio un Mapa de los lugares en donde se cometieron las violaciones a derechos humanos durante la Segunda Guerra Mundial; ese mapa al hacer clic en un sitio determinado, muestra los nombres de las víctimas en cada lugar. Así surgió la idea de contar con un mapa que visibiliza el impacto de la guerra en Guatemala.

Con apoyo de DW Akademie, la idea creció y se convirtió en un sitio web en el que se implementa el uso Google Maps y una base de datos creada para ese fin, que, además permite visitar lugares de memoria en Guatemala y conocer las historias de las víctimas de la guerra por medio de reportajes, programas de radio, videos y fotografías. Además, se incluyen enlaces a notas periodísticas relacionadas con cada hecho e investigaciones publicadas en internet.


Inicialmente, el Mapeo se empezó a alimentar gracias a la participación de periodistas que trabajan en radios comunitarias quienes se encargaron contaron las historias. Después se involucraron en el proyecto estudiantes de la Universidad Rafael Landívar. Cada vez que se crea una entrada nueva, se va generando una base de datos sobre las fechas, la geografía, detalles sobre las violaciones a Derechos Humanos, los nombres de las víctimas, la ubicación de los lugares de memoria, su estado y otros datos que son útiles en la reconstrucción de la memoria y la historia.

El gobierno de Guatemala se ha caracterizado por ser un actor represor ¿Qué repercusiones ha tenido la ejecución de este proyecto digital?

No ha habido ninguna reacción al respecto de parte del gobierno de Guatemala. El Mapeo ha tenido impacto en quienes han participado del proyecto. Les acerca a las historias de sus comunidades, les involucra en la recuperación de la memoria propia y hace accesible información sobre el conflicto en Guatemala.

Teniendo en cuenta que son muchas las personas que pueden contribuir a la construcción de memoria en el Mapa ¿Como ha sido el trabajo de investigación y verificación para la elaboración de las historias?

La mayoría de personas que han colaborado en el Mapeo, han pasado por talleres de memoria histórica impulsados por DW Akademie y dirigidos por periodistas, catedráticas universitarias y profesionales de las ciencias sociales. Así, se abre un espacio de acompañamiento y se brindan criterios básicos para contar historias de la guerra.

Hemos hecho también un concurso con el apoyo de DW Akademie y de Plaza Pública, un medio digital de periodismo de investigación. Cada trabajo recibido fue evaluado por un jurado de periodistas con amplia trayectoria. Así mismo, a quienes quieren contar historias de las víctimas de la guerra se les da acompañamiento para facilitar el proceso de investigación.

 

¿Qué aportes han generado estos lugares donde reside la historia del conflicto interno? ¿Ha tenido resonancia en otros países?

En los lugares donde se generan las historias, lo importante es esa relación que se genera entre quien investiga y quienes cuentan sus vivencias. Esta iniciativa, promueve la comunicación intergeneracional alrededor de la historia, la cual no se da comúnmente por la pervivencia del silencio a causa de la violencia generada por la guerra; es recurrente que las generaciones de la guerra no cuenten a sus hijos o a las nuevas generaciones qué fue lo que pasó.

En casos como la historia del Parque de la Paz en Santiago Atitlán, dos personas sobrevivientes de un mismo hecho se reencuentran para reconstruir la historia que les afectó de maneras distintas. Además, se han construido redes de personas que hacen memoria desde medios de comunicación y de estudiantes interesados en el tema.

En el 2016 se tuvo un intercambio con países de África del Norte que son parte de la Coalición Internacional de Sitios de Conciencia, ya que tenían interés en construir mapas digitales para contar las historias de la guerra en esa región.

Además, se ha dado a conocer el proyecto en Alemania, Colombia, Marruecos, Estados Unidos, Argentina, México, Brasil, Uruguay, Chile, Costa Rica y El Salvador. Es una herramienta muy útil para explicar la dimensión de la guerra en Guatemala.

¿Cuáles son las expectativas de esta iniciativa a futuro? ¿Han pensado replicar el proyecto en otros países?

Actualmente, estamos dándole los últimos toques al código, para ponerlo en un repositorio público. Así, el código abierto del Mapeo permitirá instalar el programa en otros servidores para replicar la página con información de otros países.

Además, desde el año 2017 junto con el Memorial Para la Concordia, DW Akademie y el Servicio Civil Para la Paz, hemos hecho presentaciones itinerantes del Mapeo por medio de un stand, espacio en el que generamos un diálogo sobre el pasado de manera presencial conversando acerca de las historias en el Mapeo y la experiencia de las localidades.
Nos hemos propuesto hacer talleres e invitamos a que las personas nos compartan sus historias.
Como parte de estas presentaciones, hemos desarrollado una experiencia de realidad virtual para que otras personas puedan visitar virtualmente la casa de una persona desaparecida y escuchar el relato de la familia sobre cómo era su vida y qué fue lo que sucedió. Esperamos seguir desarrollando este tipo de experiencias, ya que permite acercarse de una manera más personal y humana a la vida de las víctimas.

Si otro país toma la decisión de replicar la iniciativa ¿Cuáles son las claves para que sea exitoso?

1. La apertura. Abrir el proyecto para que se llene de voces diversas y lograr así que sea un espacio para hacer memoria desde la libertad de expresión.
2. Acompañar. Es importante proveer toda la información necesaria para que quienes colaboran en el proyecto puedan documentar los lugares de memoria de manera adecuada y sencilla.
3. Conectar el espacio digital con la dimensión personal. Hacer talleres y encuentros en las localidades y con quienes colaboran en el proyecto para construir una red que se mantenga viva y le de vida al proyecto.
4. Mantenerse actuales con los avances tecnológicos y aprovechar esos recursos para hacer memoria.

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