Periodismo

De inocentes a victimarios, el reto de no condenar a las personas equivocadas

Esta investigación, a cargo de dos jóvenes periodistas Mónica Vecino y Paula Vásquez, cuenta cómo los dolores de Camila y Patricia han sido infundados por el mal funcionamiento de la justicia en el campo colombiano, por la fuerza de las armas y la ley del miedo. Estas personas han sido víctimas de acusaciones por parte del Estado y de grupos paramilitares, esto las ha llevado a convivir con los prejuicios y las mentiras de estas acusaciones.

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De inocentes a victimarios, el reto de no condenar a las personas equivocadas
Noviembre 16 de 2017

En este artículo se relata la historia de Camila y Patricia, dos mujeres víctimas de falsas acusaciones. Esta investigación se desarrolla en tres apartados y dos capítulos: Una líder en busca de sus derechos y víctimas no reconocidas.

En el primer apartado se encuentra un fragmento de la vida de Camila Úsuga, una mujer transexual que les cuenta a las periodistas cómo a lo largo de su vida la violencia del conflicto ha marcado su entorno. Su hermano menor lo desaparecieron y uno de sus hermanos mayores fue asesinado meses antes que la encarcelaran y a otro de sus hermanos está en la calle debido al asesinato de su esposa.

A Camila la tildaron de comandante guerrillera de las Farc, la judicializaron y la llevaron a la cárcel donde reclusos y guardias abusaban de ella, “Yo era un falso positivo, a los policías que denunciaban que yo supuestamente era de la guerrilla, les daban vacaciones, los subían de rango, tenían una cantidad de beneficios. Pero lo que me hicieron fue por prejuicios” (fragmento rescatado de la investigación).

 

Úsuga es desplazada y se ha intentado suicidar tres veces, en el año 2002 contó su historia a la Defensoría del Pueblo y la reconocieron como víctima.

Una líder en busca de sus derechos, es el primer capítulo de la investigación y narra la vida de Patricia Pérez y su familia, que después de que alias “El Calvo” la acusara de ser colaboradora de las FARC, tuvo que vivir secuestrada en su propia casa.

La hambruna hizo que su esposo Diego Montes saliera de ese encierro, para ir en busca de comida, sin embargo, casi lo asesinan.  A dos de sus cuñados los desaparecieron. Uno de ellos Pedro, fue secuestrado por la cantidad de cincuenta millones de pesos, sin embargo en 2004, desapareció de nuevo cuando fue a buscar trabajo en Samaniego, Nariño.

Víctimas no reconocidas, continúa el relato de Patricia quien no ha podido ser reconocida como víctima debido a que la Unidad de Víctimas les negó la solicitud, determinando que: “No se encontró indicios (sic) que permitan establecer y concluir, al menos de manera sumaria, que los hechos victimizantes se enmarcan y configuran, no es posible reconocer los mismos deponentes y grupo familiar, en el Registro Único de Víctimas, RUV”, dice el documento, fechado el ocho de febrero de 2017.

 

Conversamos con las periodistas quienes nos compartieron sus reflexiones y recomendaciones a la hora de abordar las temáticas. Y consejos a periodistas que están comenzando su carrera en el mundo del periodismo investigativo.  

¿Cuál fue el principal reto para abordar este tema que es de incidencia nacional?

El principal reto que tuvimos a la hora de abordar esta temática fue la de ahondar sobre los desafíos que se vienen para la Justicia Transicional, especialmente en temas que han sido poco tratados, ni formulados dentro de la jurisdicción, como es el caso de Camila y Patricia, personas que son acusadas injustamente, víctimas que no han sido indemnizadas hasta el momento y otras injusticias dentro del sistema que no se han resuelto. Otros de los grandes desafío que tuvimos, fue en nuestro deber como periodistas, en la de no juzgar a las víctimas, ser imparciales a la hora de contar las historias y contrastar la información que íbamos recolectando de los especialistas en el tema. Este tipo de historias deben ser contadas en el país, además de ser un tema coyuntural, son historias que sensibilizan y muestran la complejidad de los casos y sobre todo los retos para la Justicia Especial de Paz (JEP), dentro del proceso de transición por el que está pasando el país.

¿De qué manera el acompañamiento brindado por las editoras durante el proceso permitió orientar la historia con el enfoque transicional?

El acompañamiento de la editora fue fundamental en la orientación de la historia transicional, teniendo en cuenta que ella tiene experiencia y conoce el enfoque. En nuestro caso María Clara Calle, realizó un trabajo impecable en su labor como editora, en la búsqueda de fuentes y en la estructuración del texto. Su conocimiento en el tema, el apoyo constante y las herramientas brindadas fueron fundamentales en la elaboración de la historia. Creo que la clave de una gran historia va de la mano de un gran editor.

¿Qué recomendaciones dan a periodistas que están iniciando en el mundo del Periodismo investigativo?

La constancia y el profesionalismo son muy importantes en el periodismo investigativo. El reto está en nosotros como periodistas, debemos tener mucho cuidado a la hora de tratar una fuente, esa fue uno de los puntos en los que insistió nuestra editora: es importante dejar a un lado los sentimientos, no cargarnos como periodistas con los dolores o los problemas del entrevistado.

¿Cuáles son las principales herramientas para proteger a las víctimas?

Durante el proceso de investigación nos dimos cuenta que la mejor herramienta que puede tener una víctima es saber los derechos que tiene. Por ejemplo en el caso de Camila le tocó un defensor que no le explicó que podía demandar el estado y cuando se enteró ya era demasiado tarde. Por esta razón, la mejor herramienta que tiene una víctima es saber que tiene derecho a la justicia y a la reparación por parte del Estado.

¿Cómo involucrar el enfoque de género con el cubrimiento de historias que deben explicadas desde el campo de la jurisprudencia?, ¿Cómo abordar historias con estos enfoques?

Una de las personas que entrevistamos era transgénero y al iniciar la investigación no teníamos claro cómo podíamos abordar a la entrevistada entonces tuvimos que iniciar el proceso con una pregunta sencilla, ¿Cómo te identificas?

A partir de allí comprendimos la importancia de involucrar historias de personas transgénero en el periodismo porque hace falta que los medios de comunicación realicen un uso adecuado del lenguaje y de la información cuando se trabaja con este tipo de identidades. Fue así como en nuestra historia tratamos de tener en cuenta esos aspectos y manejar la información con la respectiva profundidad periodística que requería.  

¿Qué recomendaciones dan para abordar estas historias?

Lo más importante fue el bagaje que tuvimos en el curso de justicia transicional brindado por CdR, sin los conceptos claros hubiese sido imposible abarcar un tema tan delicado y complicado para el país. Cualquier periodista que toque temas tan delicados como el conflicto tiene que saber teóricamente a lo que se está enfrentando. También hay que tener mucho cuidado al momento de hablar con las víctimas ya que la idea no es revictimizarlas, tener cuidado en temas tan delicados como es una violación o un asesinato de un ser querido. Hay que entender que el periodista nunca va a poder sentir o vivir lo que la víctima cuenta, lo que aprendimos fue a escuchar y agradecer por cada palabra de las víctimas, por abrir su corazón a nosotras.

Lee aquí toda la investigación.

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