INVESTIGACIÓN DESTACADA

Seguimiento a productos de prueba - ensayo con niños de La Guajira

A nivel mundial las pruebas de laboratorio usualmente son practicadas en comunidades marginadas, en lugares donde la pobreza extrema y el abandono estatal permiten experimentos que en su mayoría, atentan contra la vida e integridad de estos seres humanos.

Investigaciones destacadas

Seguimiento a productos de prueba - ensayo con niños de La Guajira
Septiembre 20 de 2018

La Guajira es una población altamente vulnerable, la precariedad en la que viven los impulsa a recibir este tipo de ayudas sin percatarse con qué intención es entregada. Los engaños y atropellos contra esta población infantil y el poco seguimiento al caso hizo que La liga contra el silencio, una iniciativa de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP)  con el apoyo VICE Colombia, 070 (la revista del Centro de Periodismo de la Universidad de los Andes), Radio Ambulante, Revista Arcadia, Cuestión Pública, El Malpensante, Publimetro, Laboratorio de Medios de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Actualidad Panamericana, Estereotipas, Hoja Blanca, La Pulla de El Espectador, La Silla Vacía y Verdad Abierta, no hiciera caso omiso ante la situación.

El equipo periodístico de La liga contra el silencio inició una rigurosa investigación para conocer la verdadera intención detrás de la bebida nutricional, el resultado fue publicado en el especial “Postobón hace pruebas de laboratorio con niños de La Guajira”, un producto periodístico que muestra el seguimiento del caso. Dentro de la investigación, se cotejan diferentes fuentes que apunta a que el programa nutricional se trata de una prueba-ensayo en la que los niños son los directamente afectados, lo cual ha generado cuestionamientos éticos.

La empresa dice que “Kufu no es un suplemento nutricional, y mucho menos un medicamento”, y añade que “tampoco suple los alimentos necesarios para el desarrollo, pero sí acompaña la alimentación de los niños”. Sin embargo, desde que los primeros informes sobre los combos Kufu salieron a la luz, médicos, expertos y algunos periodistas han expresado críticas sobre los motivos y los efectos del supuesto ‘acompañamiento alimenticio’ que da la bebida.

El proyecto Combos Kufu de la poderosa industria colombiana Postobón hace parte de un programa nutricional y declaró ante el Invima, la razón social con la entregaba refrigerios escolares en La Guajira “contribuir a la nutrición de los niños en edad escolar no desnutridos mayores de cinco años, a través de la entrega del producto en conjunto con la alimentación escolar en los centros educativos, como un aporte a la prevención de la deserción escolar”, información que hace parte de la investigación realizada por el equipo periodístico de La liga contra el silencio.

 

Sin embargo, las declaraciones de Postobón no han sido consecuentes con sus acciones. Según la Sociedad Colombiana de PediatríaPostobón, en lugar de apoyar las iniciativas gubernamentales que pretenden prevenir y corregir la desnutrición en La Guajira, más bien se avoca a promover el consumo de bebidas consideradas como no saludables”. Además, el producto que pretenden combatir la desnutrición en La Guajira no cuenta con la certificación que garantice ser un suplemento nutricional y natural.

Entre julio y diciembre de 2017, más de 3.000 niños recibieron bebidas de la marca Kufu. Sin claridad sobre el cumplimiento de los protocolos que exige Minsalud, la empresa les hizo exámenes a algunos menores para evaluar los efectos de los productos.

Todavía no se tiene claridad que Postobón actuó sin papeles en regla, pero sí hay indicios. Es evidente que las actividades que se ejecutaron en la región de La Guajira no se realizaron con las mejores intenciones, acoger consumidores y medir calidad de productos exponiendo la salud de otras personas, no se puede tratar de una labor que contribuye a mejorar la vida de niños con insuficiencias nutricionales. La responsabilidad social que pretendía reflejar la industria de bebidas gaseosas resultaría ser parte de una estrategia de mercadeo que sobrepasa los estándares éticos.

Esta situación en La Guajira parece no tener importancia en las agendas del periodismo, no pasa de ser algo noticioso, algo sin mayor relevancia. Nos comunicamos con Sinar Alvarado, coordinador de La liga contra el silencio para que nos cuente cómo se logró esta investigación y detalles sobre esta lucha que contrarresta la censura de la información y libre expresión periodística.

¿Cómo nace esta alianza de La liga contra el silencio para combatir la censura del buen periodismo?

A finales de 2016 surge la idea dentro de la Fundación para la libertad de prensa (FLIP) en la que varias personas participaron en la concepción del proyecto, durante el primer semestre de 2017 se desarrollaron varias piezas periodísticas, pero la intensidad de contenido hizo que la organización determinara que el proyecto debía contar con un editor y un coordinador independientes que se hicieran cargo de esta iniciativa. Desde ese momento me integre al proyecto, pronto cumpliré un año liderando este fascinante proyecto, estoy justo en medio de la FLIP y de los medios que integran la alianza, en número de aliados ha crecido. Cuando empecé a coordinar La liga contra el silencio, faltaba elaborar parte del proyecto, creo que se ha mantenido una construcción constante, lo cual nos está llevando a expandir esta lucha contra la cesura en Colombia.

En Colombia la violencia en temas de censura y autocensura es constante ¿Cuáles han sido los obstáculos para realizar el trabajo periodístico que vienen desarrollando?

En ocasiones, las instituciones públicas no responden a tiempo o no responden como lo son los derechos de petición para realizar nuestras investigaciones. En cuanto al tema de censura y amenazas, afortunadamente hasta el momento la liga no ha recibido este tipo de violencias. Sin embargo, hemos tenido dificultades para contar algunas historias, porque muchas de las investigaciones se han hecho en zonas peligrosas como el Catatumbo o Tumaco, lugares donde el conflicto armado sigue vigente, siendo un panorama hostil para nosotros los periodistas y para las fuentes que están allí y  que se quedan con la incertidumbre si habrá represalias contra ellos.

La liga contra el silencio fue conformada hace un par años ¿Qué alcances ha tenido esta iniciativa en su trayectoria?

Considero que es un  proyecto muy joven, pese a esto, el equipo de trabajo se ha venido acoplando muy bien, es mucho más compacto que con el que iniciamos. Hoy día tenemos página web y redes sociales, herramientas digitales que antes no teníamos. También hemos dictado charlas en varias regiones del país, en los que se han logrado integrar a reporteros, quienes desde aquellos lugares realizan un trabajo de reportería esencial para el proyecto.

El 2018 ha sido un año en el que hemos tomado fuerza, nuestras publicaciones tienen gran resonancia, acabamos de lanzar nuestra última investigación sobre la inversión en pauta de la Alcaldía de Bogotá en varios medios, específicamente en El Tiempo, donde varias de sus publicaciones mezclan la información con pauta publicitaria del distrito en el que no queda claro cómo funciona ese patrocini. El impacto es hacer visible estas historias y que la gente se entere de estos asuntos silenciados.  

Teniendo en cuenta que esta bebida la recibieron niños durante el semestre de 2017 ¿Cómo ha sido el seguimiento de La liga contra el silencio frente a este caso?

Sobre el seguimiento al caso de Kufu, sabemos que Fupac, una fundación que estaba implementando este proyecto en La Guajira, fue suspendido, hubo consecuencias contra ellos. Por otra parte, Postobón tenía planeado continuar con la fase dos del proyecto, pero no fue posible; la empresa nos citó a una reunión con la Directora de Asuntos Regulatorios, fue una charla informal en la que ellos intentaron limar asperezas y aceptaron errores en la implementación del proyecto nutricional en La Guajira.

Por nuestra parte, aclaramos que la intención de la investigación era divulgar las irregularidades y hacer presión en el Ministerio de Salud que de algún modo estaba incurriendo en omisión ante el protocolo de investigación que debía presentar Postobón para poder implementar el proyecto, pero que nunca entregó. Suponemos que los grandes medios no estaban interesados en que se supiera a fondo lo que estaba sucediendo, porque afectaba a la empresa que los patrocina.

 

¿Qué dificultades tuvo el equipo periodístico para recopilar la información que sustenta esta investigación?

Durante la reportería no hubo mayores dificultades, por una lado, el traslado de la periodista, quien tuvo que viajar a La Guajira donde entrevistó a varios padres de los niños que tomaron la bebida kufu, a la Directora de uno de los colegios donde se repartían las bebidas y  habló con el Instituto de Bienestar Familiar. Por otra parte, el tener acceso a Postobón, porque no querían dar declaraciones y obtener información del Ministerio de Salud, quienes son los implicados directos de este caso.

En cuanto al trabajo de edición y curaduría de la información recolectada, fue una tarea dispendiosa, estuvimos durante dos semanas junto con tres editores y la periodista que cubrió la historia tratando, de blindar cada dato, cada afirmación para que la investigación fuera sólida. Cabe agregar que aunque no hubo miedo de hacer esta historia pública, sí hubo mucha prevención porque las consecuencias podrían ser duras para el equipo de La liga contra el silencio.  

¿Qué repercusiones positivas y negativas ha tenido la publicación de la investigación?

Hasta el momento no hemos tenido repercusiones negativas, por el contrario todas han sido positivas. La liga tomó reconocimiento precisamente con la publicación de esta historia, salió a principios de febrero de este año. La historia fue replicada en varios medios alternativos y algunos internacionales como el The New York Time, esto permitió que la liga sonará entre el gremio y entre los lectores nacionales e internacionales.

¿Cuál es el llamado que el equipo periodístico de La liga contra el silencio hace para que otros periodistas se empoderen y elaboren investigaciones que ayuden a combatir la censura en Colombia?

La invitación va dirigida a nuestros colegas independientes, freelance y periodistas de medios tradicionales a que se sumen esta alianza, a este trabajo colectivo que va en contra de la desinformación, la cesura y el silencio. Existen periodista que aunque tienen empleo fijo, no se les permite hacer este tipo de investigaciones por intereses del medio; conozco amigos periodistas que se quedan con historias en el bolsillo porque la censura les impide divulgarlas. El llamado es a que se comuniquen con La liga contra el silencio y presenten sus propuestas, sus historias. Recordemos que cuantos más seamos, más probabilidades hay de vencer el cerco de la de censura en Colombia.

Conoce la investigación completa aquí

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