Los guardianes de los parques que la guerra se llevó
Los guardaparques, personas encargadas de proteger los Parques Nacionales en Colombia corren un riesgo inminente de ser asesinados. La lista de muertes va en ascenso y cubre casi toda la geografía del país. Conoce esta investigación que forma parte de la iniciativa Tierra de resistentes, un proyecto transnacional de CdR con el apoyo de DW Akademie y la Cooperación alemana.
Con datos desoladores inicia esta investigación, una historia que expone la situación de amenaza que enfrentan los guardianes de los ecosistemas más importantes de Colombia. Además de salvaguardar zonas de reserva forestal, la mayoría de estos líderes ambientales, se dedican a labores comunitarias; trabajan de la mano con campesinos, resguardos indígenas, investigadores científicos, comunidades comprometidas con proteger la biodiversidad del país.
Martín Duarte, guardaparques del Parque Nacional Sierra de La Macarena, dedicó 13 años de su vida a cuidar este tipo de reservas hasta que el 2 de febrero de 2008 desconocidos le dispararon en la espalda mientras trabajaba. Duarte estaba tan contento con su trabajo como guardaparque que decidió estudiar una carrera profesional para hacerlo mejor. Su familia ha buscado de mil maneras la forma de esclarecer el asesinato de Duarte, pero seis años después de su asesinato sus verdugos quedaron en libertad “No se puede concluir que existe una prueba directa, seria, que logre desvirtuar la presunción de inocencia de los aquí procesados”, determinó la juez Martha Cecilia Artunduaga.
Foto de Martín Duarte como guardaparques. Cortesía de la familia Duarte Acero.
"No le avisaron nunca. No le dieron oportunidad. Le dieron por la espalda un tiro”, dice Elsa Acero, su madre.
En 2011 Jairo Varela, guardaparques del Parque Nacional Paramillo, ubicado en Córdoba, fue citado por desconocidos a una “reunión” y lo asesinaron. Ante el portal web Verdad Abierta ‘Manteco’, comandante del frente 58 de las FARC, reconoció que lo mataron por medir tierras sin permiso. El mismo año, Jaime Girón, técnico ambiental del Parque Nacional Natural Serranía de los Churumbelos Auka Wasi, murió tras pisar una mina antipersonal. Este hecho ocurrió mientras hacía un recorrido dentro del parque.
Diario de campo de Jaime Jirón, fue encontrado en el último recorrido que hizo antes de pisar una mina antipersonal.
“Él siempre tuvo la meta de trabajar en Parques Nacionales. Estudiaba los nombres de todos los pájaros en sus libritos y estaba pendiente de los daños en los bosques. ‘Impacto ambiental’ eran las palabras que más se le oían”, evoca Yadira Vargas, esposa de Jaime.
El caso más reciente que quedó registrado en el reportaje es el de Wilton Orrego, quien patrullaba un bosque del Parque Nacional Sierra Nevada de Santa Marta el 14 de enero de 2019, cuando desconocidos lo interceptaron y le dispararon cinco veces.
El reportaje concluye con una pregunta: Al final, ¿con qué sueñan familias como las de Martín, Jairo, Jaime o el recientemente fallecido Wilton? “Es una herida abierta, de todos los días. No nos interesa sino que de verdad se le recuerde”, dice José Venancio Duarte.
Este reportaje hace parte del especial Tierra de Resistentes, hecho por Consejo de Redacción en alianza con la DW Akademie, pone ante la luz pública los asesinatos y amenazas a líderes ambientales en Latinoamérica.
Para conocer cómo fue el proceso de investigación de esta historia Consejo de Redacción se comunicó con Andrés Bermúdez, autor de ‘los guardianes de los parques que la guerra se llevó’ y editor del proyecto.
Lee el especial completo: Tierra de resistentes
¿Cuéntanos la experiencia al realizar un proyecto de tipo transnacional, cuáles fueron los principales retos y qué destacarías de este proceso?
Las dificultades requirieron un esfuerzo de coordinación y de apoyo desde la reportería, la edición, el trabajo de datos y su visualización hasta las entregas a tiempo, todo esto para obtener un trabajo de calidad.
Durante el desarrollo del proyecto Tierra de resistentes fue un reto trabajar en equipo. En el oficio periodístico ha sido difícil darnos cuenta que trabajar en equipo es mejor, no estamos acostumbrados a crear alianzas con periodistas de otros medios, de otros contextos e incluso de otros países, juntos vemos cosas que no podemos ver solos, desarrollamos capacidades para recibir información o entender realidades. Además de crear alianzas, hay que resaltar que se logró dimensionar que un problema local como lo es el asesinato de líderes ambientales en realidad es un asunto regional.
Imagen de la deforestación dentro del Parque Nacional Sierra de la Macarena, Tinigua y Nukak. Foto tomada por la Fundación para la Conservación y el desarrollo sostenible.
¿Cómo fue el acercamiento para entrevistar a los familiares de los guardaparques asesinados que hacen parte de tu reportaje?
La historia sobre el asesinato de uno de los 3 guardaparques, la conocí por un experto biólogo, siempre me había llamado la atención la indolencia sobre este crimen. Luego logré comunicarme con Hector Velasquez, funcionario de Parques Nacionales, él es desde hace 30 años la memoria viva de lo que le ha pasado muchos guardaparques en Colombia. Este hombre me llevó con las familias.
A los familiares les propuse que desde la investigación podríamos remover estos casos impunes, pero no garantizar acciones contundentes de las autoridades. También les propuse que mediante la historia se creará un acto de reivindicación a la labor de los guardaparques; ellos amablemente me brindaron el espacio de conocer sus relatos. Este homenaje ayudó a las familias a cerrar un episodio de duelo doloroso.
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¿Cómo puede contribuir la historia al esclarecimiento de estos crímenes? ¿Te han llegado amenazas por la investigación?
Estos casos pueden ayudar por lo mínimo a dar un contexto amplio de esta problemática ambiental en marco del conflicto armado. Por otro lado, si llegan a incluir las variables ambientales en la Jurisdicción Especial de Paz y en la Comisión de la Verdad este tipo de casos pueden ayudar a reconstruir los hechos de verdad y justicia ante los crímenes que se han cometido, como un acto de memoria histórica.
En cuanto al tema de amenazas, no he recibido ninguna. Me preocupa, que la situación de amenazas a los guardaparques continua, cuando estaba entregando las historias asesinaron a otro funcionario de Parques Nacionales, del Parque de la Sierra Nevada de Santa Marta, unos meses después el director del parque tuvo que salir exiliado de Colombia por amenazas.
¿Qué recomendaciones periodísticas y de seguridad le puedes dar a los periodistas que cubren temas sensibles relacionados con medio ambiente?
Desde mi experiencia daría dos recomendaciones fundamentales:
1. Leer mucho siempre. El periodismo ambiental requiere entender los contextos y realidades, por ejemplo: no se debe hablar de deforestación sin saber qué es, cómo se manifiesta y sobre todo cuál es el impacto en los ecosistemas.
2. Hacer reportería en terreno. Son cada vez más los periodistas que no salen de sus escritorios, no salen a los territorios a la Colombia menos contada que necesita ser visible, que entendamos a sus comunidades, poder dialogar con ellos. Y así explicar esas realidades rurales a los lectores más urbanos.
Conoce el reportaje completo: Los guardianes de los parques que la guerra se llevó
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