Muerte de defensores de DD. HH., una alarma para el proceso de paz
La Unidad de Datos de El Tiempo hace una radiografía del asesinato sistemático de líderes sociales y defensores de Derechos Humanos en Colombia. Las cifras son preocupantes, 214 homicidios ocurrieron desde 2009 hasta 2016, en los que hoy son considerados los 160 municipios priorizados para el posconflicto. Laura Vita, periodista de El Tiempo, habla sobre esta investigación.
Carlos Pedraza, líder comunitario en Bogotá, es sólo la cara de esta grave problemática que está en crecimiento. El Tiempo estableció, luego de un cruce de cifras, una tendencia de mayor número de homicidios en regiones donde ganó el 'SÍ' en el plebiscito por la paz. "Las cifras muestran una tendencia: la mayoría de líderes han sido asesinados en el sur del país, en zonas donde ganó el Sí en el plebiscito para refrendar el acuerdo de paz. La mayor cantidad de crímenes se produjeron en Caloto, Cauca (20), Tumaco, Nariño (12), Buenaventura, Valle (7) y El Tambo, Cauca (7). En el norte de Colombia, la mayor cantidad de víctimas de produjeron en Tierralta, Córdoba (8)." (Fragmento de la investigación)
Esta tendencia es preocupante, y según este informe, en lo que va del año, ya van 17 líderes asesinados en territorios priorizados. La cifra de líderes y defensores asesinados en todo el país es más dramática, aún más cuando, según este mismo reportaje, hay un altísimo índice de impunidad: "Según Somos Defensores, las autoridades competentes no han sabido reaccionar ante este fenómeno, porque la gran mayoría de asesinatos de líderes defensores siguen sin resolver. La falta de resultados ha llevado a que los familiares de quienes han muerto desconfíen de la capacidad y el interés del aparato judicial por encontrar respuestas.
Gustavo Pedraza, hermano del líder Carlos Pedraza, quien apareció muerto en Zipaquirá el 21 de enero de 2015, afirma que “ellos en realidad no tienen la voluntad política de investigar, no vemos ningún tipo de avance, absolutamente, simplemente la negligencia, que ya sabemos cuando se asesina a un líder social”." (Fragmento de la investigación)
Laura Vita, la periodista encargada de la investigación en este reportaje habla sobre las cifras, sobre el rol del periodismo en la denuncia de esta problemática y el acercamiento a las víctimas.
¿Cómo se dieron cuenta de la tendencia que exponen en el reportaje en la que se revelan mayor número de asesinatos de líderes en las regiones donde ganó el 'sí' en el plebiscito?
Teníamos la intuición de que era así, porque tendencialmente las regiones más afectadas por el conflicto votaron sí en el plebiscito. Al cruzar la información nos dimos cuenta de que la tendencia era la misma en el caso de los líderes asesinados.
Esta ola de asesinatos de líderes y defensores de DDHH se está convirtiendo en algo sistemático. Muchos medios están investigando y denunciando el tema, pero parece que no está haciendo eco, y, ni el Gobierno, ni la sociedad civil, están respondiendo. ¿Por qué cree que está pasando eso? ¿Está fallando el periodismo en las formas de denuncia?
No creo tanto que el periodismo esté fallando en las formas de denuncia, aunque sí me parece que ha faltado darle más visibilidad al fenómeno. Yo creo que ahí confluyen distintos factores. En primer lugar, las denuncias no van a hacer eco hasta que el Estado no reconozca que este es un fenómeno sistemático. En segundo lugar, creo que el tema no ha resonado tanto entre la sociedad civil porque, después de tantos años de conflicto, nos hemos desensibilizado un poquito. En tercer lugar, tristemente todavía pesan muchos estigmas sobre los los líderes sociales, que hacen que un sector de la sociedad sea indiferente a estos asesinatos.
El reportaje contiene una buena dosis de periodismo de datos, y se complementa muy bien con la historia de Carlos Pedraza. ¿Cómo lograr darle cara a un reportaje tan lleno de datos y cifras y que no pierda su esencia?
Lo esencial siempre es la historia detrás de los datos. Los datos duros cuentan muchas cosas, pero lo que realmente se le queda grabado a la gente son las historias humanas. Por eso es importante darle cara a los reportajes, para que la gente se conecte más con lo que se está tratando de visibilizar. Igualmente es importante apoyarse en herramientas visuales, que permitan entender la magnitud del fenómeno.
¿Cómo acercarse a dos víctimas del conflicto, como el hermano y la mamá de Carlos Pedraza, de una manera ética, respetuosa y narrar su historia sin rectivimizarlos?
No creo que exista una fórmula para hacerlo. Muchas víctimas quieren contar su historia, ser escuchadas, y esto hay que hacerlo de forma muy respetuosa, leyendo el momento para entender hasta dónde se puede preguntar sin que se generen situaciones dolorosas o problemáticas.
Mira la investigación completa aquí.
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