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Periodismo, derechos humanos y posconflicto en siete regiones de Colombia

El país se debate entre una compleja situación de vulneración de derechos humanos y la esperanza que significa haberle puesto punto final a un conflicto armado con una guerrilla que confrontó al Estado por más de 50 años. Ambos escenarios le imponen al periodismo un sinnúmero de retos que requieren mayor rigurosidad a la hora de informar.

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Periodismo, derechos humanos y posconflicto en siete regiones de Colombia
Junio 06 de 2018

Con la intención de aportar herramientas y estrategias adecuadas, así como experiencias y conocimientos en un momento clave del país, Consejo de Redacción y VerdadAbierta.com establecieron una alianza, gracias al apoyo del Programa de Derechos Humanos de USAID, y durante tres meses se concentraron en la capacitación de 43 periodistas, comunicadores, defensores de derechos humanos de Antioquia, Caquetá, Córdoba y Nariño, cuatro regiones históricamente afectadas por el conflicto armado, pero donde también se impulsan iniciativas que quieren aportarle a la paz.

Bajo la modalidad de taller, de 20 horas de duración durante tres días, se abordaron contenidos bajo dos enfoques: derechos humanos y periodismo sensible al conflicto; y periodismo de investigación y formatos narrativos innovadores. Estas labores estuvieron bajo la conducción de Ginna Morelo, editora de la Unidad de Datos del diario El Tiempo; Juliana Castellanos, directora de la Unidad de Investigación Periodística de la Universidad Politécnico Gran Colombiano; y Juan Diego Restrepo E., director del portal VerdadAbierta.com.

En los distintos talleres, los participantes tuvieron la oportunidad de discutir detalles sobre las dificultades y retos para el ejercicio periodístico en sus regiones a partir de conceptos teóricos, pero también mediante análisis de casos; las medidas de seguridad que toman al momento de investigar asuntos sensibles a los grupos de poder local y regional; las agendas pendientes por cubrir de acuerdo con la realidad regional; y los desafíos que impone este momento de transición que vive el país para quienes tienen la labor de comunicar.

Este recorrido formativo comenzó en Caucasia, Antioquia, a donde acudieron a la convocatoria un grupo de periodistas de los municipios de Medellín, Ituango, Segovia, Remedios y Caucasia, así como de Montería y Montelibano (Córdoba); continuó en el puerto de Tumaco (Nariño), con periodistas, líderes indígenas y comunicadores de organizaciones no gubernamentales de los de municipios de Pasto, Túquerres, Barbacoas, Francisco Pizarro, Cumbal, Guachucal y de Tumaco; y concluyó en Florencia (Caquetá) con personas venidas de Belén de los Andaquíes, San Vicente del Caguán, La Montañita, Cartagena de Chairá y Florencia.

“Nunca antes había sido tan necesario el periodismo en la sociedad como en este momento de transición. Hay que aprovechar esta coyuntura para diversificar la mente. Debemos luchar en contra de lo que ya está establecido. El reto de construcción de agenda periodística en Colombia es grande para los periodistas y comunicadores”, afirmó Ginna Morelo, durante el taller realizado en Tumaco.

 

Y justo en este puerto sobre el océano Pacífico se confrontan duras realidades con proyectos esperanzadores impulsados por comunidades afro e indígenas que le imponen al ejercicio periodístico mayor rigor a la hora de informar. Al respecto, Carlos Murillo, uno de los comunicadores participantes, detalló lo que ocurre allí y cómo contrasta con otras realidades poco visibles.

“Tumaco, junto a gran parte del departamento de Nariño, atraviesa una delicada situación de orden público: narcotráfico, desplazamiento forzado, disidencias de las Farc, bandas criminales y atentados que, de alguna manera, ponen en riesgo todo lo conseguido en La Habana”, precisó Murillo al referirse a los acuerdos alcanzados en la isla del Caribe con la guerrilla de las Farc.

A juicio de este periodista, esa realidad hostil que constantemente se difunde en los medios de comunicación, “contrasta con los colores, la música, los bailes y la alegría de la gente que, día a día, trata de vivir con la ilusión de un futuro más amable y que, tal vez sin pensarlo, su propia existencia se convierta en resistencia en un territorio que pareciera condenado a la barbarie”.

Ante esas paradojas que impone la realidad en este puerto nariñense, pero también en otras regiones del país, Murillo indicó que “los periodistas tenemos la responsabilidad de retratar las luchas de nuestros pueblos y darle un lugar relevante a nuestros mártires y a nuestros héroes. Ahí recae la importancia de proyectos como el de periodismo, derechos humanos y posconflicto”. En consecuencia, Juliana Castellanos manifestó que “si bien Colombia posee un marco histórico general sobre el conflicto armado, cada región tiene una historia particular que hoy debe ser contada por los periodistas que la han vivido de frente. El valor de este proyecto está justamente en que forja investigadores locales con perspectiva de nación, porque los trabajos que de este proceso surjan serán vitales para la construcción de la verdad que como país necesitamos”.  

Para afrontar de manera más integral este tipo de retos, durante los talleres se estimuló el trabajo en red entre los periodistas, como uno de los objetivos claves de este proyecto. La dinámica de los talleres permitió que se constituyeran redes regionales, lo que ha permitido mantener canales de comunicación abiertos que fortalecen el trabajo interdisciplinario. Al respecto, Juan Diego Restrepo E., director de VerdadAbierta.com, dijo durante el taller realizado en Caucasia que “la figura de ese periodista ‘lobo solitario’ quedó en el pasado, el trabajo en equipo y colaborativo es esencial hoy día para hacer un buen periodismo”.

 

En ese sentido, uno de los logros de esta tarea formativa fue lograr que a través de la coincidencia de proyectos de investigación planteados en los talleres, en los que se presentaron más de 20 ideas, se conformaran equipos de trabajo para producir historias periodísticas en equipo, lo que sin duda redundará en mayor rigurosidad, calidad y alcance. Asimismo, “se motivó a los asistentes a pensar los productos finales de sus investigaciones como narraciones digitales, multimediales, por la riqueza que estos nuevos formatos ofrecen al público, al permitirle adquirir información de una manera experimental porque, por ejemplo, podrá ubicar en un mapa el lugar de los acontecimientos, y escuchar, ver y leer a quienes dan vida a la historia”, dijo Castellanos.

De las propuestas recibidas se seleccionaron cuatro, una por departamento, que contarán para su ejecución con el acompañamiento y asesoría de editores de Consejo de Redacción y VerdadAbierta.com, así como con un aporte económico para su producción. Los equipos conformados trabajan en temas como la Justicia Especial Indígena; escenarios de paz y de guerra; reconstrucción de historias de líderes sociales asesinados; y los retos de la sustitución de cultivos de uso ilícito.

A esas tareas de producción también se vinculó el portal VerdadAbierta.com. Su equipo periodístico producirá tres historias que contarán casos especiales de afectaciones a los derechos humanos, pero también de logros de las comunidades en sus búsquedas de mayor calidad de vida en ambientes de posconflicto, de los departamentos de Tolima, Cauca y Meta.

A manera de balance del proceso formativo, el director de VerdadAbierta.com dijo que durante los talleres se trabajó con grupos de periodistas, comunicadores, activistas, docentes y profesionales de varias disciplinas sociales con características muy diversas, que reflejan lo que es el país en términos de aquellos que comunican en las regiones.

“Fue un ejercicio que evidenció varios aspectos: mucho compromiso por las comunidades a las que informan cotidianamente; varios de los participantes con perfil de activistas, lo que los compromete aún más con sus regiones; pero también con algunas falencias en términos de investigación y lo que es lógico, con muchos temores ante las realidades que afrontan y sobre las que deben reportar”, aseveró Restrepo.

Así, a través de este proceso de capacitación, se logró actualizar a todos los participantes en reflexiones teóricas sobre los derechos humanos y sus impactos históricos, así como en estrategias y herramientas de investigación. “Ambos aspectos son esenciales para poner en práctica un periodismo investigativo más integral”, concluyó Restrepo.

Carlos Murillo, periodista de Tumaco, condensó a su manera lo que fue el proceso del cual participó: “Esta formación logra, más allá de desarrollar contenidos académicos, inspirar, y fortalecer la dedicación de los periodistas con la gente del pueblo, dejar los miedos y comprometerse con las luchas justas de la comunidad, sus líderes y la construcción de la historia regional”.

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