Periodismo

'Rutas del Conflicto' un proyecto universitario que da voz a víctimas del conflicto

Óscar Parra, asociado de Consejo de Redacción, es el coordinador del proyecto ganador del Premio de Periodismo de Datos en la categoría 'Sitio Web del Año', Rutas del Conflicto', una plataforma periodística que recupera la memoria histórica y da voz a las víctimas del conflicto armado. 

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'Rutas del Conflicto' un proyecto universitario que da voz a víctimas del conflicto
Junio 28 de 2017

Este portal periodístico sigue el rastro del conflicto armado en Colombia desde 1982. "El proyecto ha llegado a las regiones colombianas golpeadas por la violencia para contar la historia de la guerra desde la voz de los sobrevivientes. Rutas del Conflicto busca la convergencia entre formatos tradicionales y formatos digitales, a través del periodismo de datos y el periodismo ciudadano".

El pasado 22 de junio fue ganador de Journalism Data Awards, premios organizados por la Red de Editores Global, con apoyo de Google News Lab, la Foundation S. and James L.Knight y Chartbeat. Este año, 573 proyectos fueron presentados, de 51 países, representando los 5 continentes. Entre los países que se presentaron estuvieron Pakistán, Corea del Sur, Costa Rica y Colombia.  

Sobre Rutas del Conflicto 

Rutas del Conflicto nació como un proyecto que busca facilitar el acceso a información, organizada y confiable, sobre el conflicto armado en Colombia. Después de construir bases de datos periodísticas para mapear información relacionada con masacres perpetradas desde 1982, de corregir y agregar datos desde el testimonio de sus sobrevivientes con el proyecto 'Yo Sobreviví', la redacción se ha concentrado en explorar nuevos formatos que acerquen al público a la información recogida por entidades judiciales, investigaciones periodísticas y académicas sobre la guerra en Colombia.

 

El proyecto Yo Sobreviví ha buscado involucrar a los sobrevivientes en la construcción de memoria. En una nueva etapa, Rutas del Conflicto también busca conectar a los usuarios de Internet, la mayoría en las grandes ciudades, con las dinámicas de la guerra que fueron más intensas en la regiones más apartadas del país. Para hacerlo ha sido necesario explorar recursos audiovisuales e interactivos, propios de las nuevas lógicas de consumo de información, aprovechando elementos como la visualización de datos y videos pensados específicamente para narrar a un público en la web.

La base de datos de masacres que sirvió como punto de partida del proyecto contó con el apoyo económico y editorial del Centro Nacional de Memoria Histórica y del portal VerdadAbierta.com.

En la actualidad el proyecto tiene como aliados al Centro Nacional de Memoria Histórica, la Universidad del Rosario y ColombiaCheck.com de la organización Consejo de Redacción.

El equipo de Rutas del Conflicto está compuesto en su mayoría por estudiantes y profesionales de periodismo de la Universidad del Rosario. Óscar Parra, profesor de cátedra de esta universidad, coordinador del proyecto, habló sobre el inicio del esta plataforma, su enfoque, su laboratorio universitario, y las investigaciones que vienen en camino. 

¿Cómo inició Rutas del Conflicto?

Rutas comenzó en el año 2014, aunque la recolección de datos inició desde 2013. Este es un proyecto que inició bajo la tutoría editoral de Verdad Abierta, y con la financiación que consiguió el Centro Nacional de Memoria Histórica con una fundación de cooperación internacional. Lo que quería era contar, a través de una base de datos de masacres,, la historia del avance de los grupos armados del país, viendo cómo se marcaban las masacres en los mapas. Así, se empezó a desarrollar una plataforma de internet, tanto para computadores, como para móviles.

El proyecto documentó 750 masacres, que es más o menos un tercio de las masacres del Centro de Memoria Histórica estima que ocurrieron en el país, estas se mapearon y son las que están en Rutas del Conflicto.

El proyecto fue cambiando poco a poco, luego del 2014 no hubo más financiación y empezó otro periodo en el que yo asumí la dirección editorial, empecé a buscar recursos, y nos independizamos, aunque seguíamos teniendo el convenio con Verdad Abierta y el CNMH para difusión de contenidos. Entonces, nos centramos en tratar de incluir a las víctimas del conflicto armado en la construcción de esa memoria histórica que está pintada en la base de datos.

Tuvimos una segunda parte que se llama ‘Yo sobreviví’. Lo que hicimos fue llevar la información que teníamos en internet, a las zonas donde había más víctimas, más masacres, y allí, las víctimas empezaron a escribirnos y a contactarnos para contar su historia.

Para este proyecto recogimos aproximadamente el testimonio de 60 víctimas, contando cómo había sido su esfuerzo y su lucha al perder sus familiares, y así mismo, rectificar la información que teníamos, porque la mayoría estaba basada en los testimonios de los victimarios. Abrimos la oportunidad para que las víctimas reforzaran esos datos. Así, el fuerte de este proyecto se convirtió en un ejercicio de datos que incluye directamente a las víctimas.

De ahí en adelante empezamos a crear varios laboratorios para contar toda esa documentación que tenemos a través de nuevas narrativas digitales y analógicas.

Sabemos es un proyecto en el que muchos estudiantes participan, ¿cómo funciona este sistema? ¿Los contenidos son productos de clase?

Todo el equipo de Rutas del Conflicto, a excepción de una periodista brasileña, profesora ahora del Rosario, son estudiantes, sin embargo el proyecto no hace parte de una clase, son contados los contenidos del proyecto que hacen parte de una clase. Los estudiantes y egresados, al conocer el proyecto, se han ido uniendo por fuera de sus labores académicas, asumiendo su rol como periodistas.

Hay involucrados 12 periodistas de La Universidad del Rosario, la periodista brasileña y yo.

¿Cuál es la importancia de que estos proyectos que rescatan la voz de los sobrevivientes no como víctimas, sino como agentes de cambio y resiliencia?

Trabajar con recolección de datos del conflicto armado nos ha hecho ver una realidad muy triste: la mayor parte de la historia construida alrededor de la guerra en el país parte de los testimonios de los victimarios, o de lo que puede recoger un estado que es muy frágil en su presencia en las regiones, es la historia oficial. Y en las comunidades la gente tiene muchas historias que permiten verificar esos datos, contrastarlos y construir una historia propia en la que se reconozca su dolor y su resiliencia.

En algunos casos hay gente que no quiere recordar, nosotros no insistimos, tenemos respeto enorme por quienes quieren olvidar. Pero muchas comunidades sí insisten en que quieren recordar. Entonces en lo que más nos hemos centrado es llegar a estas poblaciones y darle voz a las víctimas, a las comunidades y capacitarlos.

Tenemos un proyecto que está arrancando que se llama ‘Mi municipio’, en el que creamos portales web en conjunto con las comunidades para que ellos produzcan su contenido y tengan espacio para publicarlo.

¿Cuál es la importancia de la alianza de medios que reconstruyen memoria y se encargan de mejorar el periodismo de investigación en Colombia?

Definitivamente las alianzas son claves. Nuestro principal aliado en la producción de contenido ha sido Colombiacheck, en un proyecto en el que tienen mucha experiencia, y nosotros hemos aportado con la multimedia y conocimiento: la verificación de datos. Consiste en hacer chequeo de mitos e ideas preconcebidas que tiene la gente alrededor de la guerra, que muchas veces estigmatiza comunidades o que da por sentada una historia que se vende fácilmente en la era de la posverdad.

Así, dos medios de comunicación, con saberes previos y diferentes, pueden trabajar en conjunto para mostrar información útil a la comunidad. En las nuevas tendencias del periodismo es indispensable este trabajo colaborativo.

 

¿Qué proyectos vienen para Rutas del Conflicto?

Tenemos varios proyectos en este momento, bases de datos de la guerra, proyectos de investigación relacionados con la tierra y su relación con el conflicto armado, sobre desaparecidos, y exploración de nuevas formas de narrar la guerra, que pueden aportar más allá de lo estético, nuevos formatos.

En nuestro laboratorio, ‘Rutas Lab’, buscamos nuevas narrativas, ¿cómo contar esta historia documentada de manera rigurosa con nuevos formatos para que el público tenga acceso y entienda?

Conoce aquí el proyecto.

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