Claves para contar grandes historias radiales
Aunque las reglas para escribir historias son siempre las mismas, sí hay cambios al narrarlas en un formato diferente. No es lo mismo hacer radio, que prensa o televisión. Por eso, en la nota te damos 5 claves a tener en cuenta para hacer historias radiales poderosas con las que la comunidad se identifique y genere emociones.
Las historias unen a las personas. Son un lenguaje universal que genera identificación y emociones.
Así, podemos estar en Chaparral (Tolima) y escuchar un relato de cómo los docentes de Maicao (La Guajira) comenzaron a dictar clases por radio para hacerle frente a la pandemia por la covid-19. En ese caso, a pesar de los 1133 kilómetros que separan a estas dos poblaciones, podemos ver que tienen en común aspectos como las dificultades de conexión a internet, la radio como un medio para acercarse en la pandemia y la recursividad de los docentes para garantizar que sus estudiantes puedan continuar con el aprendizaje. Tan lejanas, tan distantes, pero tan parecidas entre sí.
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Este relato, alimentado con las voces de los alumnos, de madres y padres de familia, de maestros y de oyentes que no son estudiantes, pero están sintonizados con las clases, sirve para inspirar y motivar, así como para fomentar la fidelización a la emisora, es decir, propiciar la identificación con aquello que estamos contando.
Por eso, son importantes las buenas narraciones. Las reglas para escribir historias son las mismas, no importa si son para radio, televisión o un medio digital. La clave es que estos relatos tengan siempre:
1. Contenidos atractivos e impactantes, de interés colectivo. Pueden ser:
» Entretenidos: que mantengan una línea narrativa y que atrapen la atención de la audiencia hasta que llegue al final.
» Universales: es decir, que cualquiera pueda identificarse, como el ejemplo de Chaparral y Maicao.
» Educativos: que despierten la curiosidad y fortalezcan los conocimientos de quienes están sintonizados con la emisora.
» Creativos: no se trata únicamente de contar y ya, sino de poner en diálogo las voces, la música y los efectos. Esto hará que la gente los recuerde. También de narrar aquello que muchas veces vemos, pero no nos detenemos a observar.
2. Elementos que le den forma a la historia:
» Personajes: es el vínculo entre quien cuenta la historia y quien la escucha. Siguiendo con el ejemplo inicial de Maicao y las clases por radio, nuestros personajes son los docentes que crearon el programa educativo para transmitirlo por la emisora.
» Conflicto: es el problema al que el personaje se enfrenta y despierta emociones, conecta a partir de lo vivido. En el ejemplo de Maicao, el conflicto es la dificultad de asistir al colegio de manera presencial por la pandemia y la falta de conexión a internet de todos los estudiantes para acceder a las clases virtuales.
» Resolución: toda historia debe tener un final agradable o placentero, casi que impredecible y que dé solución al conflicto. No necesariamente es feliz, pero debe despertar el interés y la atención de la audiencia: la respuesta de los estudiantes a las clases por radio, que permitieron continuar con el año escolar y prepararse para presentar el Icfes. Además, motivó la inclusión de aquellos que no tenían internet y se habían atrasado por las clases virtuales.
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3. Definiciones. Los temas pueden desarrollarse a partir de cualquier formato, eso depende de aquello que queramos contar y cómo lo queramos contar, por ello es necesario tener en cuenta:
» Tema: de qué se va a hablar.
» Mensaje a transmitir: qué se quiere dejar en conocimiento a la audiencia.
» Formato a utilizar: reportaje, crónica, informe, perfil, entre otros. Los formatos van de la mano con los recursos. A veces necesitamos entrevistas, sondeos de opinión o dramatizados para complementar nuestro formato.
4. Experimentación: un mito urbano que ronda las emisoras es que la radio es sinónimo de improvisación. Sí y no. Sí porque la radio permite que fluya la naturalidad como cuando se conversa con una o varias personas en la casa, en un café, en el trabajo. Y no, porque es necesario contar con una hoja de ruta, con una guía que oriente hacia dónde conducir nuestro programa. Por ello es importante escribir los guiones, experimentar con formatos, sonidos y con todo aquello que hacemos en la vida cotidiana y que podría sonar muy bien.
5. Constancia: en el momento en que en nuestra radio comienzan a sonar múltiples relatos, se abrirá paso a una buena sintonía. Por ello es importante tener un banco de historias, de sonidos, de formatos, para no decepcionar a la audiencia y mantenerla siempre fiel a nuestros contenidos sonoros.
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