“El Man de la Cadena”
Stiven Leuro, o el ‘man de la cadena’, como es apodado, es un joven colombiano residente en Bogotá, la capital y ciudad más poblada del país. Hasta la llegada de la pandemia, dividía su vida laboral entre su trabajo como ayudante de pasajeros en el aeropuerto El Dorado, y como bici-mensajero en una app de delivery llamada “Mensajeros Urbanos”.
Luego de los despidos masivos pandémicos, Stiven pasó a dedicar todo su tiempo a trabajar como bici-mensajero. Pero ahora sin derechos laborales.
Esta es su historia.
Autor:
Nicolás Monteverde
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Stiven se acerca a la tienda de Oxxo, en la esquina del barrio de Chapinero que considera su centro de operaciones, y desde donde parte para hacer las encomiendas de la app para la que trabaja.
Su jornada laboral suele empezar entre el medio día y las 13 horas. En un día usual, el trabajo se prolonga hasta poco antes de la media noche, por lo que trabaja en promedio 11 horas diarias; sin incluir la hora y media que tarda en moverse desde su residencia hasta el barrio de Chapinero, donde labora, ni las 2 horas y media que tarda el recorrido de vuelta.
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Stiven pasa la mayor parte del día a la espera de nuevos pedidos a través de la app para la que trabaja. Su centro de operaciones está en un barrio del norte de la ciudad al que llega tras pedalear desde Usme, donde vive a las afueras de Bogotá.
En esta fotografía Stiven lleva puesto un traje para las lluvias, pues estas son muy intensas e inesperadas en la fría capital colombiana.
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Entre los encargos más usuales que le llegan a Stiven está mover mercancía entre farmacias de la misma cadena. Cuando al local de una cadena de farmacias le falta stock de alguna medicina, esta le solicita a otra farmacia de la misma franquicia el producto en cuestión. La tarea de Stiven es mover esa mercancía y pagar el producto por adelantado.
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La bicicleta de Stiven tiene las llantas desgastadas por el uso intenso y prolongado. Stiven asegura tener otra bicicleta, pero prefiere usar la más gastada. Según él, es mejor trabajar con la más desgastada porque es menos robable.
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La bicicleta desgastada de Stiven tiene varios problemas. La tarde del 18 de noviembre se averió el piñón, lo que la puso mucho más dura y lenta. “Bien cansado de andar”, comentó Stiven.
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Hacia mediados de noviembre, la bicicleta de Stiven quedó sin frenos durante varios días. El man de la cadena frenaba con los pies, con las suelas contra el asfalto. En esta foto, Stiven conversaba con su mecánico local, quien le ofertaba unos nuevos frenos para su bicicleta.
Afortunadamente, Stiven es un ciclista tan experimentado que rara vez tiene accidentes. Unas 2 ó 3 veces al año.
El último accidente vehicular que Stiven sufrió se trató de un atropello intencional: el automovilista estaba molesto porque Stiven usaba la calle en vez de la ciclovía. Asesorado por una ONG, Stiven lo enjuició y ahora podría ganar entre 2 y 3 mil dólares como reparación.
– Entonces Stiven, ¿qué harías con esos 10 millones de pesos si ganaras el juicio contra ese loco que te atropelló?
Stiven mira al cielo.
– Mmm, más bicis. Bueno y creo que me compraría una moto. Porque el regreso a mi casa es subida, entonces llego demasiado cansado.
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Stiven lleva su cadena y candado a todas partes. En parte por la practicidad: así puede asegurar su cadena en cualquier poste o banca de la ciudad, y entrar a los locales sin tener que llevarla. Pero para el man de la cadena, la cadena también es parte de su identidad, un adorno, un amuleto.
"Y por eso me llaman 'el man de la cadena'", comentaba al sonreír.
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Stiven goza de un perro caliente la noche del 18 de noviembre: su primera comida del día en una jornada ajetreada, lluviosa, y extenuante.
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Stiven usa el descanso que él mismo estableció en su horario para comer, relajarse dentro de la tienda Oxxo, y explicarle a un nuevo bici-mensajero cómo usar la app.
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En ocasiones Stiven duerme en el Oxxo en vez de volver a su casa, especialmente tras jornadas particularmente extenuantes. El dormir en las sillas de la tienda le permite ahorrarse las 2 horas y media que tardaría en volver a casa.
Al final, aún si no duerme en el Oxxo, Stiven pasa más tiempo entre la tienda y las calles de Bogotá que en su propia casa.
Sobre el autor:
Nicolás Monteverde
Fotógrafo y periodista. Soy egresado de la Facultad de Comunicaciones de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) con especialidad en periodismo. Ganador del concurso fotográfico “Mi visión sobre los ODS” organizado por las Naciones Unidas en Tokio (2016). Autor del reportaje “La oleada de basura en Lima y Callao”, la cual ganó una mención honrosa en el concurso de investigación periodística “Periodismo Innovador para un país que avanza” (2018).
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