Johao Bornachera y su deseo de formar grandes futbolistas

‘Johao FC Proyecto de Dios Internacional’ es el fruto del sueño frustrado de Johao Bornachera, un venezolano a quien la vida lo marginó de las canchas, pero que tuvo un “tercer tiempo” para hacer realidad ese mismo sueño para muchos niños.

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Johao Bornachera y su deseo de formar grandes futbolistas

Autor:

Juan K Cardona Freite

Marzo 04 de 2024

Los sueños de Johao Bornachera Hidalgo de convertirse en un gran futbolista hoy se ven reflejados en los más de 70 niños que hacen parte de la escuela que montó cuando vino a probar suerte en Santa Marta, tras dejar su natal Venezuela. ‘Johao FC Proyecto de Dios Internacional’ es más que un lugar donde se forman chicos con ganas de ser futbolistas, es el proyecto que le permitió integrarse a una nueva vida.

Desde niño, Johao se perfiló con grandes dotes para el fútbol, se mostró en torneos locales y nacionales, pero su vida dio un giro inesperado: a sus 27 años se convirtió en entrenador. Desde el banco, ahora forja el futuro de los más pequeños. Tiene la esperanza de que ellos se conviertan en los profesionales del balompié que él no pudo ser.

Johao nunca pensó que poner su talento y ganas de salir adelante en las manos de un empresario sería casi como entregarle el alma al diablo. Tenía 25 años y estaba en su mejor momento futbolístico, ya era conocido como un férreo volante de marca y vislumbraba su carrera en Qatar, a donde este sujeto prometió llevarlo. Pero se trataba de un viaje que debía realizar con estupefacientes en su equipaje, lo que le puso punto final a su promisorio futuro.

“Yo estaba jugando en Venezuela, hice pruebas en Medellín, Cali, Panamá y Argentina, estaba pasando por un gran momento (…). Cuando tenía todo listo para viajar, me informó que debía llevar droga; eso me impactó y recordé la enseñanza de mis padres: no podía negociar mis principios”, recuerda con nostalgia el Profe, mientras un puñado de niños llegan para despedirse luego de la jornada de prácticas.

Desmotivado, triste y viendo cómo se esfumaba su ilusión, Bornachera entró en depresión y decidió emprender su viaje a Colombia, el refugio de cientos de miles de sus coterráneos ante la difícil situación en su país. Él también buscaba una oportunidad, lo que no sospechaba era que nuevamente un balón sería el impulso.

A Colombia no solo la veía como el escenario para construir un futuro mejor. A Johao el tricolor le corre por la sangre, pues su madre es cartagenera y el papá es del corregimiento de Río Frío, municipio de Zona Bananera en el Magdalena. Ellos, como muchos otros colombianos, hacen parte de esa generación que otrora se fue en busca de los ‘bolos’ (bolívares) a Venezuela, tiempos de bonanza que hoy muchos añoran.

Sus padres y dos de sus hijos quedaron allá, con la esperanza del progreso de Johao, quien cuenta con doble nacionalidad; algo en lo que pensó que sería una gran ventaja a la hora de ir en busca de posibilidades laborales.

En Santa Marta fue recibido por algunos familiares que habían emigrado antes. Con ellos empezó a relacionarse y a mostrar su talento futbolístico en ‘picaditos’ de barrio en los que comenzó a despertar admiración entre vecinos y niños.

“Fue la mejor decisión de mi vida. Los primeros días fueron muy duros, no quería salir, no encontraba un rumbo; por fortuna, los amigos de barrio me invitaban a jugar; los niños me decían que yo era una máquina y que querían ser como yo”, contó.

Esas palabras de elogio y el ambiente hostil en el que veía que estaban creciendo los niños bastaron para encarrilar ese rumbo hacia lo que quería hacer: crear una escuela de fútbol.

Johao FC, ‘un proyecto de Dios’

Cuando a Johao le tocan el tema de la escuela levanta su mirada y a lo lejos observa a sus pupilos correr, patear la pelota y sonreír; inevitablemente, sus ojos se aguan y con voz entrecortada explica la razón de ser del proyecto.

“Esas sonrisas, esa alegría lo son todo para mí; ellos llegaron a mi vida cuando más los necesitaba. ‘Johao FC Proyecto de Dios Internacional’ es un proyecto que inició cuando todo parecía perdido, fue encomendado al Todopoderoso y gracias a la ayuda de mi padre y mi esposa lo hemos sacado adelante”.

Sí, su familia hoy está con él. La Escuela le posibilitó traerse a sus padres de Venezuela. En Santa Marta conoció a la que hoy es su esposa y con quien tuvo a su tercer hijo.

Johao es consciente de la responsabilidad que afronta a la hora de formar a los niños y jóvenes, pues ahora, más que jugadores, lo que se pretende es formar personas íntegras de bien para la sociedad.

“La filosofía es clara: hacer especial énfasis en el trabajo en equipo, dejando de lado las individualidades y de igual manera, busca formar el carácter de sus niños y el desarrollo de su personalidad, pero siempre respetando al rival, buscamos formar personas íntegras para el fútbol y la vida”.

Si algo ha aprendido en estos dos años como entrenador es a potenciar las fortalezas de los niños a partir de las diferencias individuales; para él, conocerlos es un aspecto importante para lograr la excelencia en el entrenamiento.

“Las manifestaciones emocionales pueden funcionar para algunos, pero podrían tener un efecto negativo en otros. Personalizar la comunicación y la motivación para cada niño es vital para que el entrenamiento tenga éxito. Prestar atención a las emociones, a los puntos fuertes y débiles del atleta es responsabilidad de uno como entrenador”, dice seguro de que ha venido haciendo lo correcto.

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Johao Bornachera Hidalgo era jugador de fútbol en Venezuela y estuvo a punto de ir al extranjero a probarse como profesional. Pero una mala propuesta lo alejó de ese propósito y ahora su sueño cumplido es entrenar niños en Santa Marta.


Una visión internacional

Desde el punto de vista formativo, ‘Johao FC Proyecto de Dios Internacional’ pretende que los jóvenes practiquen el fútbol sin descuidar los estudios y capacitarse para la vida; en lo deportivo, busca apoyarlos en su desarrollo físico para que rindan al máximo de sus capacidades y lograr resultados importantes en su categoría a nivel distrital, nacional e incluso internacional.

“Dios cuando tiene un propósito lo cumple, después de que sea muy constante. El mensaje que les inculco es creer, soñar en grande, entregarlo todo, tanto en los estudios, como en la cancha. Ellos saben que en cada partido hay veedores buscando talentos, en estos momentos estoy en contacto con Jorge Candelo, un empresario en Cali que nos abrió las puertas de su club para enviar a jugadores a probarse a Portugal”, explica emocionado el joven entrenador.


Este trabajo periodístico fue elaborado en el marco de ‘Periodismo en movimiento. Laboratorio de creación de historias sobre migración venezolana en Colombia’, iniciativa de Consejo de Redacción y el Proyecto Integra de USAID, en alianza con Hoy Diario del Magdalena. Su contenido es responsabilidad de sus autores y no refleja necesariamente la opinión de USAID o el Gobierno de los Estados Unidos.

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